Lectura, tecnologías y accesibilidad

Victoria Marrero y María Goicoechea - UNED

El siglo XX fue el escenario de profundos cambios en el acceso y promoción de la lectura en España. En esta sección nos ocupamos de dos áreas, aparentemente independientes, pero, en realidad, profundamente interconectadas: las repercusiones de los avances tecnológicos sobre la lectura y los formatos de publicación, y las medidas para fomentar el acceso a la misma por parte de colectivos con dificultades, por limitaciones visuales, auditivas o cognitivas.

Desde que la literatura infantil como género empieza a despuntar en el s. XVIII[1], no solo asociada al ámbito de la educación sino también como forma de entretenimiento, el formato del libro infantil ha ido de la mano de la innovación tecnológica, la creatividad y la experimentación, primero  con los formatos de publicación analógica y más adelante con las posibilidades que ofrece la textualidad electrónica. Los autores y editores han buscado siempre producir un efecto sorpresa en los pequeños lectores, jugando con las convenciones de lectura del libro impreso y animando a la interacción con el universo ficcional a través de la propia materialidad del libro.

Esta ruptura de las expectativas en relación con el medio impreso ha sido un elemento crucial en la evolución de la literatura infantil, que ha experimentado con el poder cautivador de la imagen, el sonido, el tacto y el olfato, activando así la mayor cantidad posible de nuestros sentidos. Diversos elementos se han utilizado para transcender la bidimensionalidad del papel o la linealidad de la lectura, como son los libros con elementos desplegables, con elementos móviles, transformaciones de página formadas por listones verticales o solapas que permiten diferentes combinaciones; volvelles o ruedas (consideradas como las primeras máquinas de computar) se utilizan en los libros infantiles para escoger historias basadas en las distintas combinaciones de elementos; también hay libros con imanes para situar personajes y objetos en diferentes escenarios, con marionetas integradas, libros con sonidos (activados por el tacto o el paso de página), con diferentes texturas, olores, filtros de color que iluminan diferentes rasgos en una misma página, libros que imitan la animación mediante técnicas de ombro-cinéma (una técnica desarrollada en Francia en el siglo XIX que consiste en superponer una lámina de acetato con rayas verticales sobre la página ilustrada, de modo que, al desplazarla, se crea una sorprendente ilusión óptica de movimiento),  etc.

Durante las primeras décadas del siglo XX, los avances tecnológicos continuaron siendo analógicos; entre ellos destaca el almacenamiento de señales sonoras. La popularización de los discos de vinilo permitió, en la década de los 70, la creación y difusión de audiolibros como el de La ratita presumida, que vemos en este expositor, acompañado de diapositivas.

Una caricatura de una persona

Descripción generada automáticamente con confianza bajaInterfaz de usuario gráfica

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Imagen 1. La ratita presumida, narración sonora con diapositivas. Sello cbb.1969.

Posteriormente, las tecnologías digitales permitirían la generalización de soportes para la lectura como las tabletas, o los teléfonos móviles. Pero mucho antes de que existieran los primeros ordenadores, en España se inventó el llamado "eslabón perdido del libro electrónico", la Enciclopedia mecánica, patentada en 1949 por la maestra gallega Ángela Ruiz de Robles, doña Angelita: «un procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para la lectura de libros», cuyo objetivo era lograr una lectura más interactiva y menos memorística. Aunque se montó un prototipo en Ferrol, lamentablemente nunca se consiguieron las 100.000 pesetas necesarias para su fabricación industrial.

Ángela_Ruiz_Robles_con_la_Enciclopedia_MecánicaImagen que contiene interior, abrir, refrigerador, microondas

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Imagen 2. La Enciclopedia mecánica de Doña Angelita. Izquierda: Dª Ángela Ruiz de Robles. Derecha: prototipo creado en el Parque de Artillería de Ferrol. Imágenes adaptadas de http://proyectoidis.org/el-libro-mecanico-de-angela-ruiz-robles y https://mujeresconciencia.com/2017/05/25/angela-ruiz-robles-1895-1975

Por eso tenemos que saltar hasta 2003, cuando la colaboración entre Microsoft y el Gobierno de Aragón permitió poner en marcha el programa Pizarra Digital en el colegio de Ariño (Teruel), que incluía 16 "Tablet PC" como la que vemos en la vitrina para cada uno de los alumnos de quinto y sexto de Primaria; algunos de estos estudiantes se encontraron con Bill Gates en 2008, para contarle cómo habían usado el dispositivo.
 

Un monitor de computadora al lado de una puerta

Descripción generada automáticamente con confianza mediaGrupo de personas en una oficina

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Imagen 3. Soportes digitales para la lectura. Derecha: tablet-PC donada por Microsoft en 2003 al Gobierno de Aragón y utilizada por los alumnos del colegio de Ariño (Teruel). Izquierda: imagen de la noticia "Cuatro niños de Teruel enseñan a Bill Gates a usar la pizarra digital". Diario de Mallorca (http://www.diariodemallorca.es/vida-y-estilo/gente/2008/01/23/cuatro-ninos-teruel-ensenan-bill-4319925.html

La llegada de la tecnología digital ha traído consigo nuevos formatos de publicación que han aprovechado las posibilidades de la textualidad electrónica para encontrar distintas maneras de contar historias a niños y jóvenes. Por un lado, tenemos una recuperación en formato digital de muchas publicaciones impresas que han sido digitalizadas para su preservación, pero raras veces llegan a ser leídas de nuevo por su público original, los niños y jóvenes, sino que son consultadas por los investigadores (por ejemplo, la Colección Libro Infantil de la Biblioteca Digital Hispánica). La literatura impresa digitalizada se ha divulgado a través de páginas web que facilitan el préstamo de libros digitales como medio para fomentar la lectura en los más jóvenes desde distintas instituciones (como, por ejemplo,  eBiblio del Ministerio de Cultura, eLiburutegia de Red de Lectura Pública de Euskadi  o  MadRead de la Comunidad de Madrid).

Con el tiempo estas ediciones se han ido enriqueciendo mediante la inclusión de distintas capas, como son la narración dramatizada, la música y los efectos sonoros y la animación de algunos de los elementos que aparecen en sus páginas (como en los libros infantiles de las editoriales Piboco y Amanuta). La base de estas ediciones digitales es un libro ilustrado al que se añaden distintos elementos multimedia, como la música o la narración sonora en distintos idiomas. La flexibilidad del formato digital ofrece muchas posibilidades a los educadores, como podemos constatar en los libros de la editorial Aucadigital, que atienden la diversidad de inteligencias y promuevan la inclusión mediante la creación de libros con distintos niveles de lectura en los que se puede escoger el tipo de letra (mayúscula, cursiva, imprenta), la cantidad de texto por página, el idioma, y vienen complementados por una serie de juegos que ayudan al niño a evaluar su propia comprensión de lo leído. 

Poco a poco la interactividad característica de los videojuegos también se ha ido implementando en la literatura infantil y juvenil, sobre todo en obras de nueva creación que nacen ya diseñadas para el ámbito digital (como las de la editorial Chiquimedia). En este tipo de obras los elementos multimedia se hayan totalmente imbricados en la narración y constituyen elementos imprescindibles que a menudo requieren de la interacción y el juego del lector para proseguir con la lectura. Este tipo de obras, a caballo entre el libro y el juego, han encontrado un nuevo mercado en el mundo de las aplicaciones móviles. También podemos encontrar una pulsión similar en las versiones digitales de los ingeniosos libros impresos de la serie “Elige tu propia aventura”, que en el ámbito digital se ha constituido en el género de la ficción interactiva o librojuego, al que Jacobo Feijóo dedica una sección propia.

La ficción interactiva en el entorno digital puede ofrecer al creador mucho más que una simple bifurcación en la lectura mediante el salto a un determinado número de página, sino que este podrá establecer multitud de parámetros gracias a la programación, transformando la experiencia lectora en un verdadero rompecabezas y retando al lector a que tome una decisión. Este tipo de obras, en las que se otorga al lector un papel necesariamente activo y reflexivo, tienen un gran potencial para los educadores.

En el extremo de la transformación digital del texto encontramos las obras de la literatura electrónica infantil y juvenil, que introducen a los niños en un mundo de experimentación, no solo con las tecnologías más novedosas, sino con su propia concepción de qué es literatura o qué es un libro: haciendo que las palabras se muevan en la poesía kinética, que el texto se escriba solo como en obras de literatura generativa o que la imagen animada sobrevuele la página en cuentos de realidad aumentada. 

Como estas obras muestran, los autores y editores actualmente necesitan continuar explorando las posibilidades que tiene el texto electrónico para acercar de muchas formas diferentes el placer de la lectura a lectores que también tienen necesidades y capacidades diferentes.

Y pasamos así a la segunda parte de los contenidos que aborda este expositor: la mejora en la accesibilidad a la lectura para colectivos con dificultades; tres, principalmente: las personas ciegas o con baja visión, las personas sordas, especialmente las signantes, y las personas con autismo o déficits cognitivos.

La falta de visión se ha suplido por el tacto en el sistema braille, un alfabeto creado en 1825 mediante seis puntos en dos columnas y tres filas (el signo generador), lo cual permite generar 63 combinaciones con las que asignar equivalencias a cada una de las letras del sistema alfabético occidental. En este expositor contamos también un método de sensibilización pre-braille, editado por Eductrade, que permite el reconocimiento de formas y figuras con las manos.

Calendario

Descripción generada automáticamentePizarrón blanco con texto en blanco

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Imagen que contiene interior, computadora, teclado, tabla

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Imagen 4. El alfabeto braille. Arriba; izquierda: propuesta original de Louis Braille (fuente: Wikimedia Commons); centro: cubo-llavero de la ONCE con el signo generador que permite diferentes combinaciones; derecha: textos en braille para esta exposición. 

Actualmente, las máquinas de punto positivo para uso personal, y las técnicas de cecografía troquelada, o braille sólido para las imprentas (véanse imágenes a continuación) permiten crear textos de todo tipo con este método. La Organización Nacional de Ciegos de España, la ONCE, cuenta con más de 27.000 obras en formato braille, que comparte libremente a través de su plataforma digital.

Máquina Perkins de escritura braille sobre una mesa. Imagen que contiene impresora, caja, tabla, refrigerador

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Imagen 5. El alfabeto braille y las tecnologías. Izquierda: máquina de escribir Perkins (fuente: Wikimedia Commons). Derecha: Impresora industrial para braille sólido. Fuente: https://www.redigraf.com/mvp


Imagen 6. Cuentos y más cuentos. Los cuentos de siempre en Lengua de Signos Española con DVD en LSE. Fundación CNSE, 2012 

Las personas sordas signantes, por otra parte, también se han beneficiado de las tecnologías para facilitar su acceso a la lectura, gracias a los teléfonos móviles y sus herramientas de ayuda. En esta exposición contamos con diversos materiales donados por la Fundación CNSE para la Supresión de las Barreras de Comunicación que permiten comprender cómo ha sido ese proceso durante los últimos cien años. La directora de la Fundación firma un texto explicativo, al que remitimos para más detalles.

Por último, para personas del espectro autista y otros trastornos de la comunicación se han diseñado los llamados sistemas de comunicación alternativa y aumentativa. En esta exposición hemos elegido el Sistema de Comunicación por el Intercambio de Imágenes (PECS, por sus siglas en inglés). Se trata de un conjunto de imágenes, los pictogramas, que representan una palabra o una idea. Sus características ‒sencillas, visuales y universales‒ hacen de ellos un recurso idóneo para facilitar tanto la comunicación oral como la lectura. Ana Martínez de Jorge y Marina Fernández Díaz, del Centro de Atención Temprana Interactúa de Tres Cantos, son las autoras de la adaptación con pictogramas del cuento de Caperucita, y también de un texto explicativo específico, que amplía esta presentación general.

La sección se completa con una reflexión de Raquel Casanovas López, de la Universidad de Zaragoza, sobre la accesibilidad de las bibliotecas, que aborda, entre otros aspectos, la presencia en ellas de libros adaptados a lectura fácil (García Muñoz, 2012), un procedimiento de mejora de la  accesibilidad no relacionado con tecnologías, sino con adaptaciones formales durante la redacción (en estilo, léxico, gramática, estructura textual, etc.), durante el diseño (imágenes, tipografía, composición...) y durante la producción (tipo de papel, encuadernación e impresión).

Para saber más

MANRESA, Mireia; REAL, Neus (eds.) (2015): Digital Literature for Children: Texts, Readers and Educational Practices. «Recherches comparatives sur les livres et le multimédia d’enfance» Vol. 9. Bruxelles, Bern, Berlin, Frankfurt am Main, New York, Oxford, Wien: Peter Lang.

FUNDACIÓN CNSE (2005). ¡Vamos a signar un cuento! Guía para el fomento de la lectura en familias con niñas y niños sordos. Madrid, Fundación CNSE.   https://www.fundacioncnse.org/pdf/vamos-a-signar-un-cuento.pdf 

GARCÍA MUÑOZ, Ó. (2012). Lectura fácil: métodos de redacción y evaluación. Madrid, Real patronato sobre discapacidad.

GOICOECHEA DE JORGE, M. (2019). La literatura digital y los nuevos formatos de edición literaria. Revista De Humanidades Digitales, 4, 162–186. https://doi.org/10.5944/rhd.vol.4.2019.25185

GUTIÉRREZ, E. (2009). Leer digital: la lectura en el entorno de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Signo y pensamiento28(54), 144-163.

ROVIRA COLLADO, José (2011). “Literatura infantil y juvenil en internet: de la Cervantes Virtual a la LIJ 2.0. Herramientas para su estudio y difusión”, Ocnos, 7, 137-151. https://www.redalyc.org/pdf/2591/259122665011.pdf

SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA. MINISTERIO DE ECONOMÍA, INDUSTRIA Y COMPETITIVIDAD. Centro de Publicaciones (2013). Ángela Ruíz Robles y la invención del libro mecánico. Madrid, Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Enlaces de interés


[1] En España este momento se asocia con las fábulas de Iriarte y Samaniego y la aparición del primer periódico infantil, La gaceta de los niños en 1798. (Lourdes Gutiérrez y Purificación Lafuente.  La literatura infantil y juvenil. Servicio de Información Bibliográfica. Biblioteca Nacional de España.)