El alfabeto

Elena Bárcena - UNED

La lectura y la escritura están unidas por el principio alfabético según el cual hay que aprender qué sonido o imagen (física o mental) corresponde a cada representación gráfica (lectura) y qué representación gráfica corresponde a cada sonido o imagen (escritura). Se trata, por lo tanto, de dos caras de la misma moneda. Ambos procesos son difíciles porque el signo lingüístico (la unidad constituida por un concepto y una imagen acústica) es arbitrario[1], es decir, no es natural sino convencional o inmotivado. Por ello, un mismo concepto, como la paz:

simbolos de la paz para imprimir - Buscar con Google | Simbolo de paz, Arte  con signo de la paz, Signo de la paz

se expresa de tantas formas diferentes según la lengua (paz, mir, vrede, frieden, béke …). Esto hace que tengamos que dedicar una parte de nuestras vidas a aprender a leer y a escribir, con más o menos esfuerzo, y existen múltiples métodos para ello.

Un artefacto de gran valor estético y funcional (didáctico) en el aula es el abecedario, en forma de libro, juego o cartel de pared, en el que cada letra aparece asociada visualmente con un objeto para que llame la atención del niño y le ayude en el proceso de asimilación. Entre ellos destacan los abecedarios iconográficos, que sirven como atractivo recurso para ayudar a los niños a aprender a leer apoyándose principalmente en su memoria visual. Dada la estrecha unión entre estética y cultura, se aprecian notables diferencias en la forma de estos vistosos objetos según el país y la época.

Homenaje a Saturnino Calleja (1853-1915) | BlogBibliotecas
Abecedario iconográfico de Saturnino Calleja (1886)

Origen y evolución de los alfabetos

“Abecedario” y “alfabeto” son dos palabras de distinto origen, uno fenicio y el otro griego, para referirse al conjunto ordenado de las letras de una lengua. Otra distinción es que “alfabeto” se usa más en el ámbito de la lingüística y “abecedario” en el de la didáctica y la edición.

El alfabeto de las lenguas de España procede del latino, que ha dado lugar a unos 65 alfabetos. Lo que hace particular al alfabeto español es la letra “ñ” (el francés tiene, por ejemplo, la letra “Ç” y el alemán, la letra beta “A black letter on a white background

Description automatically generated”). El alfabeto latino, a su vez, desciende del etrusco y este del griego, que, a su vez, había adoptado el alfabeto fenicio, añadiendo vocales, y este tenía influencia de los jeroglíficos egipcios, que provienen de un sistema pictográfico usado en la cultura Nagadiense (periodo egipcio predinástico) para contabilizar bienes y transacciones.

La escritura jeroglífica es contemporánea de la cuneiforme de Mesopotamia. Los signos jeroglíficos combinaban ideogramas (signos que representaban una idea o cosa), fonogramas (signos que representaban uno o más sonidos) y determinantes (signos sin valor fonético que se colocaban al final de una palabra para indicar la clase semántica a la que pertenecía). Los caracteres cuneiformes eran pictogramas (signos que representaban visualmente un concepto) o logogramas (signos que representaban palabras o morfemas).

Con el tiempo, los jeroglíficos mostraron limitaciones para expresar lo cotidiano, por lo que se fueron estilizando y derivaron en otras grafías hasta sintetizarse cada símbolo en un sonido, como es el caso de las lenguas actuales que se hablan en España. Por todo ello, puede afirmarse que la escritura es mucho más antigua que el alfabeto. También es muy anterior al papel, que fue inventado en China en el siglo II y llegó a Europa en el siglo XI de la mano de los árabes a través de España, el primer país occidental en conocerlo.

Imagen que contiene edificio, firmar, cubierto, calle

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Jeroglíficos egipcios procedentes del Valle de los Reyes (Luxor)

Evolución del alfabeto

La necesidad de aliviar la lectura ininterrumpida de los textos llevó a un bibliotecario de Alejandría llamado Aristófanes a inventar los primeros signos de puntuación (una serie de anotaciones con puntos) y posteriormente vinieron varias actualizaciones de la mano de San Isidoro de Sevilla, patrono de los humanistas, y monjes irlandeses y escoceses, entre otros.

En cuanto a las letras minúsculas, fueron creadas a partir de las mayúsculas por un monje a instancias del rey franco Carlomagno.

Un apunte sobre el alfabeto y la lectura

En comparación con otros idiomas, leer en las lenguas de España no es tan difícil por la relación transparente o coherente entre sus sonidos y grafías. Por ello, la mayoría de los métodos de iniciación a la lectura comienzan por el aprendizaje del abecedario o alfabeto.

Para saber más

Ramos Carballo, J. (2018). Análisis del conocimiento alfabético como componente de la lectura en niños y niñas de 5 años. Tesis doctoral de la Facultad de Educación de La Laguna.

Sanjuán, M. (2015). Los abecedarios ilustrados como “artefactos” estéticos y literarios: aproximación a su poética. Ocnos. Revista De Estudios Sobre Lectura, (14), 42-64.

Clemente, M.M. y Domínguez, A.B. (1999). La enseñanza de la lectura. Enfoque psicolingüístico y sociocultural. Madrid: Pirámide.

Enlaces de interés


[1]Es debido a la dificultad que entraña este proceso de abstracción por lo que la comunicación con niños del espectro autista recupera el pictograma, uno de los sistemas más antiguos de escritura, en el que la relación entre signo y concepto es más natural y motivada.