¿Son accesibles nuestras bibliotecas?

Raquel Casanovas López - Universidad de Zaragoza

Según la última Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y Situaciones de dependencia 2020 (EDAD 2020) realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE)[1] y publicada en 28/04/2022, un total de 4,38 millones de personas (94,9 de cada mil habitantes) afirmaron tener algún tipo de discapacidad. De estos, según la misma fuente, 172.200 son personas de edades comprendidas entre los 2 y los 15 años, es decir, un 4% son personas en edad escolar y, por lo tanto, en edad de aprendizaje de la lectura y escritura, lo que las hace ser potenciales usuarias de bibliotecas públicas.

Las bibliotecas son espacios o instituciones culturales donde, entre otros, se conservan, catalogan, reúnen y clasifican libros, revistas, materiales bibliográficos, etc. Pero también son lugares de aprendizaje a lo largo de la vida, de conocimiento, de encuentro con el saber… Por ello, todas las personas deben poder disfrutar y participar de su contenido de manera independiente y autónoma. Por este motivo, las bibliotecas deben ser accesibles e inclusivas.

Un edificio de fondo

Descripción generada automáticamente

Biblioteca accesible para las personas con movilidad limitada

Cuando alguien se plantea si la cultura es accesible o inclusiva, normalmente, lo primero que nos viene a la cabeza es si los equipamientos que la albergan o dónde se manifiesta tienen o no barreras arquitectónicas, es decir, si tienen rampas, ascensores, etc. Sin embargo, que la cultura sea accesible, por un lado, e inclusiva por otro, significa que cualquier persona pueda comprenderla de manera fácil y disfrutarla en igualdad de condiciones que cualquier otra, dentro de ella (y no aparte). Pero esto conlleva a menudo realizar adaptaciones de materiales y servicios (en aquellos casos de que ya existan) o aplicar un diseño para todos o diseño universal (si aún no se ha llevado a cabo ninguna acción), tanto en el ámbito arquitectónico, como de comunicación, así como de manifestación y disfrute. Esto significa que todas las personas, tengan discapacidad física, sensorial o cognitiva, dispongan de los elementos adecuados para cubrir sus necesidades culturales.  Porque todos tenemos inquietudes de saber, que queremos y debemos cubrir con el descubrimiento del mundo que nos rodea, de las opiniones, pensamientos y las manifestaciones artísticas del otro, para nuestro propio desarrollo y para el desarrollo de la sociedad.

Según Maslow (1991), el último eslabón de la jerarquía de las necesidades humanas es la autorrealización y para poder llegar a esta autorrealización, tenemos que tener espacios públicos que nos lo permitan.

Dentro de los espacios culturales, tienen un papel relevante las bibliotecas, puesto que son emplazamientos de encuentro con la lectura, principal proceso de evolución humana para su desarrollo intelectual individual y colectivo. Estos se convierten, en muchas ciudades, y, especialmente, en los pueblos, en espacio de convivencia entre sus vecinos. Además, se convierten en un lugar idóneo, necesario e indiscutible de promoción y fomento de la lectura de los más pequeños. Un aliado para esta misión, de las escuelas de su entorno.

Por este motivo, es necesario que entrar en estos equipamientos sea posible y comprensible para cualquier persona y que el contenido, es decir, los libros y los fondos documentales que encontramos, las actividades que se realizan, los servicios que se ofrecen, etc., también se puedan consultar y realizar por todos, especialmente por las personas con discapacidad sensorial y/o cognitiva. Para que esta accesibilidad sea real debe aplicarse el diseño universal y deben realizarse esas adaptaciones de los espacios, textos, etc., para que puedan ser consultados y disfrutados. Así, se requerirá disponer de ejemplares de lectura fácil, en braille, en lengua de signos, audio descripción o pictogramas, por ejemplo, de las obras que se pueden consultar.

Un control de videojuegos en su mano

Descripción generada automáticamente con confianza baja

Materiales de lectura en braille en una biblioteca accesible

Es vital reflexionar sobre esta situación porque, en un estudio publicado en el año 2019 sobre la accesibilidad en la comunidad autónoma de Aragón, se demuestra que la cultura, en general, no es accesible ni inclusiva. Si este estudio se extrapola al resto del estado español, se entrevé que esta situación es similar en otras comunidades autónomas, aunque sí es cierto que, en algunas poblaciones o algunas instituciones, tanto locales como autonómicas y nacionales, sí trabajan para paliar esta situación y para garantizar la plena inclusión y participación de todas las personas en el ámbito cultural.

En esta investigación se obtienen datos relevantes, como que el 96% no disponen de bibliografía en braille, el 92% no disponen de bibliografía en formato de audio descripción, un 96% no disponen de libros ilustrados, el 82% de los encuestados indica que el equipamiento no dispone de bibliografía en formato de lectura fácil, el mismo porcentaje (82%) tampoco dispone de bibliografía/videografía en formato de subtitulado (Casanovas-López, 2019). En este caso, los datos abarcan diversidad de equipamientos analizados, de los que un 19% son bibliotecas.

Tal y como se ha comentado inicialmente, el número de población con discapacidad en nuestro país es relevante, puesto que son personas que deben participar en igualdad de oportunidades en cualquier ámbito de la vida, especialmente, en el aprendizaje. Todas ellas, además, tienen necesidades culturales que desde las instituciones públicas deben cubrir. Y, ello es así porque más allá de las exigencias morales, existe legislación que lo sustenta.

Numerosa es la normativa de distintos organismos nacionales e internacionales, vinculante o no, que ampara la necesidad de que la cultura sea accesible para todas las personas. Así, podemos citar la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006)[1], de las Naciones Unidas, que España ratificó en el año 2008. En este caso, se trata de un documento que pretende asegurar el compromiso de los distintos estados que la firman, en promover, proteger y asegurar que todas las personas, especialmente aquellas con discapacidad, puedan ejercer sus derechos en igualdad de condiciones que cualquier individuo.

Interfaz de usuario gráfica, Texto, Aplicación, Chat o mensaje de texto

Descripción generada automáticamente

Información sobre bibliografía y documentación relativa al contenido cultural disponible en equipamientos culturales de Aragón. Elaboración propia a partir de (Casanovas-López, 2019).

A nivel europeo, se elabora la Estrategia Europea sobre discapacidad 2012-2020[2], para garantizar la plena participación de las personas con discapacidad en la economía y en la sociedad del territorio.

A nivel nacional, también se ha aprobado diversa normativa en relación a ello a lo largo de los años. La más reciente es el Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social (2013) que aglutina y, a su vez, deroga las tres leyes anteriores.

Durante este período, diversas entidades de todo el territorio español han implementado distintas acciones para cumplir todas las recomendaciones y normativas. Aunque ello conlleva mucho esfuerzo tanto económico, como material y personal, lo que contribuye a que podamos encontrar diferencias según el territorio y según el tipo de equipamiento. No obstante, no significa que no haya muchas personas que trabajen para garantizar la igualdad de todas las personas en su acceso e inclusión en la cultura.

Por ejemplo, en el Manifiesto IFLA-UNESCO sobre Bibliotecas Públicas[3], es decir, la declaración de la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias, conocido como Manifiesto IFLA, por sus siglas en inglés, y cuya actualización es de julio de 2022, queda reflejada la idea de que las bibliotecas públicas deben ser accesibles para la mayor cantidad de personas posible, por lo que deben adaptarse a las necesidades especiales de sus usuarios. Dicho manifiesto tuvo un impacto en todas y cada una de las naciones. En el caso de España, se traduce en la iniciativa de creación de El Plan Estratégico de Bibliotecas de Barcelona[4], en el que uno de sus objetivos es garantizar la accesibilidad de las personas con discapacidad.

Asimismo, en el año 2016, surge, en Cataluña, el proyecto Bibliotecas inclusivas[5], que pretende establecer los mínimos para que las bibliotecas de dicho territorio sean espacios inclusivos. En esta comunidad autónoma, además, han elaborado diversidad de documentos para contribuir a dicha inclusión. Uno de ellos detalla las pautas que debe seguir cualquier biblioteca para que sea inclusiva. Así, deben tenerse en cuenta tanto la arquitectura, como los fondos, los servicios que ofrece y la formación del personal que trabaja en ellas.

El aprendizaje a lo largo de la vida es la experiencia de conocimiento que las personas realizamos fuera de los entornos de educación formal, pero que son tan necesarios como las escuelas, ya que la complementan. Poder acceder a estos espacios y sentirse incluidos en ellos, sea cual sea tu condición física, intelectual, sensorial, cultural, etc., es lo que los hace ser espacios reales de aprendizaje. En ellos, las personas nos acercamos a un mundo de conocimiento que nos ayuda en la reflexión individual y colectiva, a convivir y a desarrollarnos. Por ello, debemos seguir trabajando para que estos espacios culturales, entre los que se encuentran las bibliotecas (espacios de fomento a la lectura entre los más pequeños) sean plenamente accesibles e inclusivos.

Para saber más 

Casanovas-López, R. (2019). El derecho a la participación en la vida cultural de las personas con discapacidad auditiva y/o visual. Estudio de caso de la situación en la comunidad autónoma de Aragón. Disponible en: http://hdl.handle.net/10803/667602

Espinosa, A.; Bonmatí C. (2013). Manual de accesibilidad e inclusión en museos y lugares del patrimonio cultural y natural. Somonte-Cenero: Ediciones Trea.

Maslow, A. H. (1991). Motivación y personalidad (3.a ed.). Madrid: Ediciones Díez de Santos, S.A.

Naciones Unidas (1948). Declaración Universal de Derechos Humanos.  http://www.un.org/esa/socdev/enable/documents/tccconvs.pdf

Naciones Unidas (2006). Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, 35. http://www.un.org/esa/socdev/enable/documents/tccconvs.pdf

Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, BOE 289 § 95635 a 95673 (2013). Recuperado a partir de  http://www.boe.es/boe/dias/2013/12/03/pdfs/BOE-A-2013-12632.pdf